¿Por qué gastamos tanto combustible?, parte 2

Este profesional es integrante de -CIFTT (Centro de Investigación Forense y Tecnología del Tránsito) – siendo mi intención a través de estos artículos, promover el comportamiento seguro en las calles y rutas de mi Ciudad, la Provincia y la Nación.

Continuando con el artículo anterior; referidas a las razones del consumo de combustible en nuestros vehículos las que tiene varias explicaciones. Lea este artículo y conozca las mismas.

FÓRMULA CONTRA EL VIENTO

La expresión que permite calcular la potencia que necesita un vehículo para vencer al aire es la siguiente:

CV Requeridos =KxDxAxExV3.

Donde:

K es una constante que depende del sistema que usemos.

D es coeficiente de resistencia al avance que depende de cuan aerodinámico es el vehículo. Cuando más se adapte la forma del auto a la circulación en la masa de aire, menor será este valor y el vehículo resultará más económico.

A es el área frontal del vehículo, o la superficie que presenta en un plano o foto visto de frente. Una razonablemente buena aproximación a este es la de considerar el 80% del valor que surge de multiplicar el ancho por el alto del vehículo. A menor área frontal menor consumo.

E representa la densidad del aire a través del cual se desplaza su auto. Debemos recordar que la densidad del aire disminuye con la altura (aproximadamente el 1 % por cada 100 metros) y la temperatura (aproximadamente el 1% cada 5.5 °C).

V la velocidad a través de la cual se está desplazando dentro de la masa de aire. Si lo efectúa en aire quieto será la velocidad relativa del vehículo con respecto al piso, pero si se encuentra con un viento de frente, la velocidad de éste se sumará a la velocidad del vehículo, por ejemplo: Si usted enfrenta el viento a 40 km/h y su velocímetro, indica 80 km/h, en realidad usted está enfrentando la masa de aire a 120 km/h y la potencia que requerirá para avanzar dependerá de los 120 y no de los 80 km/h. Si en cambio el viento fuera de cola, usted se enfrentará a una masa de aire de 40 km/h, y agárrese, porque si acelera a fondo se va a asustar.

Note, que la potencia depende de la velocidad a la tercera potencia, es decir velocidad, por la velocidad, por la velocidad. Ello explica en parte el brutal crecimiento que experimenta la potencia cuando se pretende avanzar rápido.

IMAGEN: GENTILEZA

REDUCIENDO LA VELOCIDAD

Mediante un manejo prolijo tomando algunas precauciones se puede mejorar el consumo. Tomemos por ejemplo la velocidad: si se disminuye la velocidad de circulación de 130 a 110 km/h. Hoy es posible mejorar el consumo en un 15%, o dicho en otro termino, su gasto en combustible se reducirá en un 15%.

Entiendo que estas reducciones de velocidad tienen un valor relativo, porque si usted intenta reducir su consumo en una recta entre Choele Choel y Río Colorado es un 40%, circulando a 60 km/h es muy probable que no llegue, porque se quedó dormido al volante, o porque su acompañante lo liquidó de puro aburrido nomas. Pero si ocurre lo que hablábamos al principio del articulo anterior sepa que reduciendo la velocidad de 60 a 70 km/h es probable que llegue a la próxima estación de servicio.

¿Por qué la velocidad afecta tan gravemente el consumo?

La respuesta es relativamente simple y se puede probar realizando una sencilla experiencia física: tomando las precauciones del caso, si usted saca la mano por la ventanilla a 60 km/h. Sentirá una brisa fuerte. Si repite el experimento (con mucho cuidado) a 120 km/h sentirá una severa presión en su mano. No le recomiendo que lo intente a 180 km/h porque probablemente tenga que ir al cirujano traumatólogo a que le reconstruya el antebrazo.

A 60 km/h ponga la mano primero con la palma hacia abajo y luego con la palma hacia adelante, y notará una importante diferencia en la fuerza que debe hacer para mantenerla en su lugar. De esta experiencia vemos que la velocidad tiene una tremenda importancia en la resistencia que ofrece el aire, y que la sección frontal que le presentamos también lo tiene.

La mano de canto ofrece mucho menos más resistencia que con la palma hacia adelante. Un vehículo se comporta de manera similar, con la diferencia que presenta un área mucho mayor al aire mientras avanza y como consecuencia enfrentará fuerzas mayores también para avanzar.

Un vehículo normal requiere de 4 CV para vencer el aire a 60 km/h, mientras que necesita 14 veces más (56 CV) para avanzar a 130 km/h, y no un poco más del doble, como algún atrevido se podría animar a predecir.

Hasta aquí hemos considerado algunos de los factores del vehículo que afectan al consumo. En otra oportunidad hablaremos de los factores humanos.

Calculo que a esta altura del partido usted debe tener deseos de leer algo más divertido que el crecimiento según una parábola cúbica de la potencia, así es que lo dejo en paz y le recomiendo que sigue disfrutando de su día.


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