El principal causante del SUH es una bacteria: la escherichia coli productora de toxinas. Esta bacteria se encuentra comúnmente en el intestino de rumiantes como vacas, ovejas y cabras, y puede estar presente en la materia fecal de animales y personas, afectando gravemente el sistema renal y urinario humano.
La transmisión ocurre principalmente por:
• Contaminación de la carne con materia fecal durante la faena o manipulación posterior.
• Alimentos como vegetales y leches que pueden contaminarse por abonos no tratados o aguas de riego no seguras.
• Contacto de persona a persona por vía oral-fecal.
Los síntomas iniciales incluyen diarrea (a veces con sangre), fiebre, vómitos, decaimiento y signos de deshidratación. En algunos casos, la enfermedad puede evolucionar y provocar una falla renal. En niños, el cuadro puede comenzar sutilmente y luego agravarse con palidez, cansancio, pérdida de apetito e incluso ausencia de orina. Es fundamental consultar al médico ante cualquier episodio de diarrea, especialmente si contiene sangre.
Para prevenir el SUH, la higiene personal y alimentaria es crucial:
• Cocinar completamente las carnes, asegurándose de que no queden zonas rosadas y los jugos sean claros, especialmente en carne picada y sus preparaciones.
• Lavarse las manos con agua segura y jabón antes y después de preparar alimentos, alimentar bebés, ir al baño, cambiar pañales o tener contacto con animales.
• Lavar cuidadosamente verduras y frutas bajo el chorro de agua segura, incluso si van a ser peladas.
• Desinfectar tablas y utensilios con abundante agua y detergente, sobre todo después de manipular carne cruda.
• Utilizar agua segura para consumo y preparación de alimentos.
• Mantener los alimentos crudos separados de los cocidos y listos para consumir en la heladera, y refrigerar rápidamente los alimentos perecederos.
• Descongelar alimentos en la heladera o microondas, y evitar dejar alimentos fuera de refrigeración por más de dos horas