Un papá que estaba dispuesto a reconocer a su pequeño hijo murió repentinamente durante la pandemia. Como el deceso se produjo en su casa hubo una autopsia para confirmar las causas del fallecimiento.
Una muestra de sangre sirvió para el reconocimiento del niño, ya que el trámite había quedado inconcluso.
Así lo resolvió una jueza de Familia de Cipolletti quien dispuso la filiación post mortem, iniciada por la mamá del niño y ordenó inscribirlo como hijo del hombre fallecido. La mujer, que contó con el patrocinio de una defensora oficial, adujo que mantuvo una relación esporádica y que en ese contexto nació su bebé.
La madre del niño solicitó que, en caso de prosperar la demanda, se mantuviera el apellido materno, dado que ya es conocido socialmente con él. El fallo reconoció esta solicitud y ordenó la inscripción del niño como hijo de hombre fallecido, sin alterar su apellido actual.
NOTA del móvil de #LU19 a Juan Cruz García, prensa del STJ