Más allá del desprecio, la envidia y el encono, prefiero andar por la senda del amor. Descubriendo en los demás, virtudes que es bueno admirar. Actitudes valiosas y gestos que brillan.
Con intrépida paciencia me mantengo presente y atento, y estoy listo para descubrir las huellas y los gestos de amor.
Amor con amor se paga y no quiero quedar debiendo, esta vez.
Sin estas deudas me siento en paz…
Voy a expresar otra vez mi sentir amoroso, en un momento cualquiera, y aunque no encuentre estímulo para tanto, a primera vista.
En el oficio del amor hay que empezar primero y con esmero y bondad…
Machaco entre dos piedras, una gota de egoísmo y pretensión y, recuperada la humildad, mis ojos ven los méritos en las vidas de los demás.
En verdad estaba ciego y mucho es lo que veo ahora…
Paso a paso me esfuerzo y esmero, me dejo llevar por la gratitud.
Esta vez quedan libres mis sentimientos para transmitir el agradecimiento que la circunstancia merece.
Avanzo en la vía del amor con andar manso.
Con suma paciencia, espero el momento propicio para liberar el puñado de amor que tengo preparado.
Quiero alimentar la concordia y la comunión…
Sentires, emociones y opiniones hay que impregnar con amor.
Con el alma plena de afecto y el corazón bien abierto, hay que distribuir los frutos del cariño, sabrosos y tiernos!
Por: Alberto Félix Suertegaray