Los signos de la existencia atraviesan nuestras
pupilas provocando sensaciones.
Mi mirada tiene la expresión que le transmite mi
mente, cuando tengo esos signos ante mis ojos.
Mi mirada tiene los sentimientos que me regalan
los colores esparcidos en la naturaleza.
Mi mirada –al fin- tiene guardado el conglomerado de miradas que
recogí en el transcurso de mi vida.
Por: Irma Callejas