La realidad es que ¡afortunadamente los autos ya no se hacen como lo hacían antes! Si se tiene en cuenta los principios actuales de diseño, se concluye rápidamente que los vehículos modernos no son de menor calidad que sus antecesores. Sino todo lo contrario. Hoy se busca que se deforme más el auto para preservar la integridad física de sus ocupantes.
Las carrocería y gran parte de los componentes son diseñados para deformarse de manera progresiva y controlada ante un choque. Esto hace que el vehículo transforme durante el impacto buena parte de la energía cinética en energía de deformación en determinada zona de su estructura, mientras que el habitáculo tiende a mantenerse indeformable lo que, por consiguiente, reduce las posibilidades de lesiones en los tripulantes.
Los autos modernos tienen diferentes zonas de deformación que se verá afectada en función a la velocidad de impacto. Los choques de calle más frecuentes se producen a baja velocidad y, en la gran mayoría de los casos, sólo se ven afectadas las dos primeras zonas de deformación.
En el avance de la tecnología no sólo tiene que ver con el diseño, si no también se avanzó mucho en la de los materiales y en los procesos de estampado. La industria del acero por citar un ejemplo progresó muchísimo: se redujo el espesor de la chapa para poder construir vehículos más livianos (que consumen menos) ganando, incluso, en la propiedad elástica del material. Así mismo, en la confección de diversas piezas estructurales se utiliza la técnica conocida como “Tailored Blanks” que permite conformar una misma pieza con chapa de acero de diferentes espesores y propiedades mecánicas unidas por medio de soldaduras láser. Con esto se obtiene pieza más resistente en zonas más comprometidas. Incluso, la gran mayoría de los autos, el paragolpe es plástico. Inimaginable hace 30 años, ¿no?
Hay una buena cantidad de elementos que conforman la zona de deformación que antes no existían. El absorbedor de golpes, una espuma de polipropileno que tiene la capacidad de absorber energía; El alma del paragolpe, echa en metal o aluminio; Los soportes del paragolpe con crash box qué se deforma progresivamente; la sesión anterior del larguero; o los puntos de fusibles del capot para que se quiebre en vez de estrellarse con el parabrisas.
En suma, un compendio de piezas y materiales que, afortunadamente, nada tiene que ver con la tecnología utilizada cuando se fabricaban el Renault 12, el Falcón y los Chevy.
Este profesional es integrante de –CIFTT (Centro de Investigación Forense y Tecnología del Tránsito) – siendo mi intención a través de estos artículos, promover los comportamientos seguros en las calles y rutas de la provincia y la nación.