Profunda mirada que penetra el corazón de las almas, para situarlas en el tablero de acciones en perfecta armonía y provocarlas a ejercer toda la potencia de su ser y volcarse a la actividad centrada.
Sacar el mayor provecho posible de la composición del Grupo Operativo contorneando las dificultades, resistencias y reticencias.
Sacar provecho, sin humillar a nadie, de los potenciales vivos de los miembros.
Una intervención sigue a la otra manifestando, la riqueza del grupo y hay que coordinar la partitura en blanco, dejando que la melodía surja.
El grupo hace y deshace, y el coordinador los acompaña facilitando la cosecha de los frutos.
Acomoda a cada participante en su mejor estado de realidad.
Asigna a grupos de participantes afines un espacio de realidades que les permita desplegar todo su potencial.
Elimina los motivos de retracción y los defectos en la comunicación.
Cuida de la expresividad del grupo y sus integrantes: sabe escuchar… No para rebatir sino para examinar y encaminar paso a paso.
Súbitamente el proceso se empina y las coordenadas estelares se tornan indispensables para manejar la complejidad del grupo y sus ímpetus.
Es entonces cuando el coordinador salta de aquí para allá, recubriendo triunfalmente la piel de los actores grupales…
Por: Alberto Suertegaray