Hoy, 30 de octubre se conmemoran 40 años ininterrumpidos de vivir en un Estado de derecho, donde existe libertad de expresión, identidad e igualdad.
¿Por qué el 30 de Octubre celebramos este día?
Un día como hoy, pero en 1983, Raúl Alfonsín fue elegido presidente tras siete años y meses de dictadura militar.
La democracia abrió un período de renovación cultural en el más amplio sentido.
Es importante remarcar que algunas políticas que afectarían al campo cultural se iniciaron antes. Un ejemplo de ello, lo encarnó el censor Miguel Paulino Tato, cara de la censura durante el Proceso pero que era el responsable del Ente de Calificación Cinematográfica desde agosto de 1974, siendo uno de los pocos funcionarios del gobierno peronista que continuó en su cargo tras marzo de 1976. También desde mucho antes canceló permisos de exhibición otorgados en 1973 por Octavio Getino, anterior presidente del Ente.
Producido el golpe de Estado el 24 de marzo de 1976, la Junta Militar señaló entre sus objetivos básicos sostener la vigencia de los valores de la moral cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad de ser argentino. Para ello, se debían atacar las causas que favorecían la existencia de la subversión, enemigo cultural que se debía acabar.
Luego de siete años de censura y oscuridad el pueblo argentino comienza a vivir la primavera democrática
El rock nacional vive un momento único.
Por esas paradojas de la vida, el rock local pasaba su mejor momento con la declaración de la guerra de Malvinas, de hecho, podría decirse que fue el único ganador en la Guerra porque con la prohibición de pasar música en inglés, desde el comienzo del conflicto bélico de 1982, la producción nacional ganó la radio y llenó los pubs y los espacios como el Estadio Obras.
En el primer año de democracia, Charly García y Luis Alberto Spinetta publican tres discos cada uno, también aparecen nuevas bandas como Soda Stereo, Los abuelos de la nada y Los Twist. Mercedes Sosa regresa del exilio y graba con músicos populares como Fito Páez, León Gieco y Víctor Heredia.
Virus, la banda de los hermanos Moura, tuvo su momento más rockero con Agujero interior. Los Abuelos de la Nada saca , Vasos y Besos (con temas que se volvieron himnos como «Mil horas», «Chalamán», «Así es el calor», «No se desesperen», «Sintonía americana», «Yo soy tu bandera» ) , que hoy, a la distancia, podría entenderse como un grandes éxitos en sí mismo. Los Twist debutaban trayendo el humor al rock (algo que no era para nada habitual) con La dicha en movimiento. Charly García publicó Clics modernos, uno de los mejores discos de su carrera solista (si no el mejor), que le abrió la puerta de la Argentina al pop y a una nueva manera de sonar.
El fenómeno teatro Abierto se amplía
Desde 1981 cuando se inauguró el Movimiento Teatro Abierto, un hito en la resistencia cultural contra la última dictadura militar argentina, el teatro, que había resistido los años de plomo, abre nuevos espacios como el Café Einstein y el Paracultural.
La creciente marginación a la que estaba siendo sometido un grupo de reconocidos profesionales del teatro, cine y televisión, las persecuciones, la censura, las listas negras y la desocupación, dan lugar a una convocatoria amplia, hacia fines de 1980, para realizar una muestra de teatro. Alrededor de doscientos autores, directores, actores, músicos, escenógrafos, técnicos y estudiantes de teatro, sin hacer diferencias de cartel o categorías, sumaron sus esfuerzos para hacer –junto al público- Teatro Abierto 81.
Esta experiencia reunió a más de 200 autores, directores, actores y trabajadores del teatro (muchos de ellos figuraban en «listas negras») para representar 21 obras breves en el Teatro Picadero. La sala fue incendiada una semana después del estreno pero el ciclo se completó tal como estaba previsto en otro teatro (Tabaris).
Teatro Abierto fue una apuesta de la imaginación y una reafirmación de valores, como los de la libertad y la diversidad de opiniones y estéticas. Aquel celebrado intento de dar cuenta de su existencia y crear un canal de comunicación y complicidad sigue vigente, más allá de si hoy les importa o no a los teatristas trascender su ámbito, explosión que logró últimamente el ciclo Teatro x por la Identidad, al cual apoyaron no pocos integrantes de Teatro Abierto. Tal vez porque éste dejó una marca. Como decía el pionero Dragún, porque “el objetivo profundo fue volver a mirarnos a la cara, sin vergüenza”.
Argentina produce películas que reflexionan sobre el pasado reciente.
En esos años, el cine argentino tuvo que enfrentar desafíos económicos y adaptarse a cambios significativos. Se trató del cine de la transición democrática –como con frecuencia se lo menciona–, pero también y sobre todo, de un cine en transición: Un cine conmovido por el contexto político en un país que intentaba fundar, de una vez y para siempre, una democracia sostenida y sostenible. Un cine afectado por crisis económicas y por los nuevos modos de producir y consumir imágenes.
Fueron frecuentes las películas que abordaron el pasado reciente. Algunas lo hicieron de manera más directa como la emblemática cinta ganadora del Óscar La historia oficial (Luis Puenzo, 1985) o Los chicos de la guerra (Bebe Kamin, 1984), La noche de los lápices (Héctor Olivera, 1986), Hay unos tipos abajo (Emilio Alfaro y Rafael Filipelli, 1985) y Un muro de silencio (Lita Stantic,1993), entre muchas otras.
Manuel Antín, director del INC (Instituto Nacional de Cine) en los primeros años de la posdictadura, manifestó un particular interés del gobierno en el cine como muestra al mundo de la democracia reconquistada.
Letras libres
En el ámbito de la Literatura, a partir de 1983 se destacan nombres como los de Daniel Moyano, Ricardo Piglia, Manuel Puig, Hebe Uhart, Antonio Di Benedetto, Juan Martini, César Aira, Juan José Saer, Antonio Dal Masetto, Alan Pauls, Ana María Shua, Rodolfo Fogwill, Luisa Valenzuela, Alberto Laiseca, Osvaldo Soriano, Jorge Asís, Héctor Tizón, Rodrigo Fresán, Mempo Giardinelli, Cristina Feijóo, Néstor Perlongher, Susana Thénon, Irene Gruss, Diana Bellessi, Javier Adúriz, Fabián Casas, entre otros. Muchos de ellos exiliados durante los años de plomo, retoman el contacto con lectores.
En la actualidad, el colectivo cultural se encuentra movilizado y preocupado por la amenazante avanzada de la ultraderecha de cara a las próximas elecciones presidenciales. Es por eso que, en virtud de preservar los derechos adquiridos con esta joven democracia de 40 años, se han organizado colectivos como el Frente Cultural Federal, un movimiento colectivo de amplia representación federal. Un espacio de pensamiento con una fuerte práctica cultural y propuestas capaces de garantizar la continuidad de las políticas públicas culturales de Estado, construidas en pleno derecho constitucional y en busca de la justicia social cultural, actualizando derechos.
Lo integra un colectivo de artistas independientes autoconvocados y referentes culturales de todas las provincias,junto a funcionarios políticos de la cultura, diputados y diputadas, secretarios generales de sindicatos nacionales y asociaciones culturales para proponer una gestión federal en las políticas públicas culturales y de comunicación que retome la agenda de ampliación y diversidad cultural, social y de derechos.