En la rica historia que tiene el fútbol argentino, muchos protagonistas fueron bautizados con apodos que no buscaron pero que marcaron sus carreras para siempre.
El impresionante aluvión inmigratorio que pobló la Argentina dio motivo a la aparición de muchos sobrenombres gentilicios. todos los españoles eran gallegos, todos los europeos orientales eran polacos.
Así poblaron nuestras canchas, entre otros, el Gallego González, el Vasco Olarticoechea, el Inglés Babington, el Tano Frassoldati, el Gringo Giusti, el Turco Mohammed, el Polaco Semenewicz y el Ruso Brailovsky. Cierto es que los mestizajes dieron origen a curiosas combinaciones como el Japonés Pérez, el Chino Benítez, el Tano Gutiérrez o el Turco García.
Prácticamente toda la fauna se halla representada en las filas futboleras.
Aves (Pato Fillol, Héctor “Gorrión” López, Pájaro Caniggia, Tero Di Carlo)
Felinos (Tigre Gareca, Puma Morete, León Pescia, Gato Andrada)
Cánidos (Lobo Fischer, Galgo Dezotti, Perro Albarello)
Bóvidos (Búfalo Funes, Toro Acuña, Novillo García)
Equidos (Burrito Ortega, Potro Domínguez, Potrillo Morena, Pony Oyola)
- El Grillo Larrosa, el Piojo López, la Pulga Messi, Polilla Da Silva y Araña Amuchástegui representan a la fauna menuda, perseguidos de cerca por el Sapo Villar y el Murciélago Graciani
Animales acuáticos hubo pocos
Apenas la Anguila Gutiérrez, el Pescadito Paz, el Pulpo Luque o Piraña Sarlanga. Tal vez el fútbol y el mar no se lleven bien.
Pero sí hubo varios roedores:
Conejo Tarantini, Rata Rattín, Ratón Ayala o el Topo Riquelme.
El Oso Ferrero, el Mono Navarro Montoya, la Chancha Larrosa, Oveja Telch y Chivo Pavoni ilustran esta sección, junto al Lagarto Fleitas.
Los vegetales mencionados son escasos:
Chaucha Bianco, Tomate Pena, Lechuga Roa, Cebolla Rodríguez, Poroto Cubero, Tacuara Cardozo, Ciruelo Piaggio y Morrón Rotchen.
- Hay alias inseparables de los apellidos, a punto tal de que en algunos casos se ignora el verdadero nombre del jugador: Kili González, Cholo Simeone, Pipo Rossi, Toto Lorenzo, Checho Batista, Chelo Delgado, Nuno Molina, Maxi Rodríguez, Bichi Borghi, Tolo Gallego o Tata Martino. Algunos motes sirven como única identificación. Todos saben que el Bocha es Ricardo Bochini.
Algunos llevaron sobrenombres de objetos inanimados, como vehículos:
el Tanque Rojas, el Avión Ramírez o Máquina Giampetri, además del indescriptible guatemalteco Dwigth “Portaaviones” Pezzarossi. O alimentos (Sopa Aguilar, Manteca Martínez, Vitamina Sánchez, Leche La Paglia o Huevo Toresani). Charango Lencina evoca un instrumento músico del Norte argentino
- El juego fuerte bautizó a Hacha Brava Navarro. Y en un lugar privilegiado de la memoria de los hinchas persevera el inolvidable Garrafa Sánchez.
Las características físicas son un recurso fácil para el pseudónimo.
Basta mencionar al Flaco Menotti, el Cabezón Ruggeri o el Narigón Bilardo. Los pelirrojos siempre llamaron la atención. Desde el sencillo Colorado Killer hasta el metafórico Zanahoria Rastelli, pasando por el apocalíptico Llamarada Eresuma.
Algo similar les sucedió a los hombres de tez oscura. Chocolate Baley, Chocolatín Castillo o, simplemente, Negro Galván. Aclaremos que en Argentina no tiene connotación racista. Otros interesantes son Chiquito Bossio (que medía casi 2 metros), Pelado Díaz o Zurdo López. Carucha Müller y Feo Labruna hacen referencia a sus facciones opuestas a las de Brad Pitt.
- Algunos son inexplicables ¿Por qué Juan Ramón Verón fue conocido como la Bruja? ¿Quién llamó Diablo a Monserrat? ¿Por qué el Indio Solari o el Gitano Juárez?
Todos tenemos un niño en un rincón del corazón.
Especialmente, el Muñeco Gallardo, el Bambino Veira, el Nene Commisso o el Baby Cortés. El cine y los cómics aportaron a Tarzán Roma, Batman Butticce, Popeye Gay, Chapu (apócope de Chapulín) Braña y el impresentable Ogro Fabbiani. Antonio Alzamendi fue conocido como Patoruzú, el héroe tehuelche creado por Dante Quinterno
También es llamativa la abundancia de pseudónimos donde aparece el fonema [che]. Véase: Pocho Insúa, Pochi Chávez, Chacho Cabrera, Pacha Cardozo, Chicho Serna, Cuchu Cambiasso, Pichi Escudero. Aunque en este último caso hay una explicación. En lengua mapuche, Pichi significa pequeño, y Osvaldo Escudero mereció esta denominación merced a su corta estatura.

Las aptitudes deportivas inspiraron numerosos epítetos. Los jugadores de técnica refinada recibieron títulos de nobleza:
Príncipe Francescoli, Marqués Sosa, Conde Galetto (nacido en la localidad de Montecristo, Córdoba), Mariscal Perfumo. Otro ejemplo es el Mago Capria. Los hombres de temperamento fuerte y dotes caudillescas se llamaron Patrón Bermúdez, Jefe Astrada, Cacique Bravo o Comisario Colman. Los futbolistas de carácter díscolo o extravagante, fueron renombrados el Loco: El caso más representativo, Hugo Gatti
sobrenombres más curiosos del futbol argentino
Al compararlo con Beckenbauer, algunos llamaron Kaiser a Passarella (también llamado el Gran Capitán después del Mundial ’78). Pero el mote adquirió connotación negativa cuando se hizo cargo de la Selección Nacional e impuso su disciplina absurda, como la obligación de cortarse el cabello.
Carlos Bianchi, en su época de entrenador, obtuvo el título de Virrey. ¿Por qué? Pues bien, Bianchi logró varios títulos con Vélez Sarsfield. Este club está afincado en el barrio de Liniers. Santiago de Liniers fue virrey del Río de la Plata entre 1807 y 1809. Y de esta manera bastante complicada se llegó al apodo.
Oficios utilizados como alias también hay:
Yerbatero González, Jardinero Cruz, Bombero Ibáñez o Granadero Klimowicz. Y la estirpe porteña aparece en el Guapo Flores y el Malevo Ferreira. Y no quiero olvidar al Chapa Suñé y al Hueso Glaria. Y nunca querría llevar los renombres de estos jugadores: Lulú Sanabria, Luli Ríos, Teresa Cancelarich o Porota Calderón.
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