El exceso de velocidad, bien sea por velocidad excesiva (conducir por encima del límite establecido) o por velocidad inapropiada (conducir demasiado rápido de acuerdo con las condiciones de la vía, pero dentro de los límites), está considerado casi de forma unánime como el mayor factor de riesgo de los siniestros viales. Por este motivo en este articulo intentaré explicarte en dos artículos, por qué son necesarias las políticas y los programas de control de la velocidad. Y quiénes son los que tienen un papel clave en los esfuerzos para mejorar los indicadores de seguridad vial.
¿Por qué es importante?
La velocidad es un factor de riesgo clave en los siniestros viales. Incrementa tanto la posibilidad de que ocurra un siniestro, como la gravedad de las lesiones de quienes lo sufren. Además, la velocidad “engaña”, ya que en su percepción como factor de riesgo influyen muchas circunstancias, como las características del vehículo, la hora del día, las condiciones climáticas o el diseño y el estado de la vía por la que se circula. Cuando se conduce a velocidad excesiva aumenta la probabilidad de que el conductor pierda el control del vehículo. Ya que tiene menos capacidad para anticipar los peligros. También impide que otros usuarios de la vía pública puedan prever adecuadamente el comportamiento del auto.
¿Cómo incide la velocidad en los accidentes?
En la relación entre la velocidad y los accidentes viales deben considerarse varios aspectos. Uno de los más importantes es que con la velocidad aumenta la distancia que recorre un vehículo mientras su conductor reacciona ante la percepción de un obstáculo. Entonces toma la decisión de esquivarlo o frenar. En este sentido, también disminuyen las posibilidades de recuperar el control del vehículo en caso de que se pierda al haber menos margen de actuación. Por otra parte, a mayor velocidad aumenta la inseguridad y el riesgo en la aproximación a una curva. Y en una intersección se reduce la posibilidad de realizar maniobras evasivas de urgencia en caso de que otro vehículo se interponga. A todo esto hay que sumar que la gravedad de un accidente y sus consecuencias aumentan con la velocidad, debido a que las colisiones se producen a energías más altas. En relación con el tiempo de respuesta de un conductor, aunque varios estudios han demostrado que puede llegar a ser de apenas un segundo, la mayoría de las veces se sitúa entre 1,5 y 4 segundos.
Los peatones y la velocidad
Como ejemplo de lo anterior, si un niño cruza frente a un automóvil a 13 metros de distancia cuando el automóvil transita a 30 km/h, este puede detenerse justo antes de atropellar al niño. Pero si la velocidad del automóvil es de 50 km/h o más, el niño será atropellado y las posibilidades de que sobreviva serán pocas.
“La probabilidad de que un peatón muera si es atropellado por un automóvil aumenta drásticamente con la velocidad”.
Choques y ciencia
En un choque con un vehículo la fuerza a la que se ve sometido el tejido humano en el impacto es el producto de la masa y la velocidad. Así, la energía cinética que se debe absorber es igual a la mitad de la masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad, lo que demuestra que el efecto de la velocidad se ve extremadamente intensificado a medida que ésta aumenta. El daño corporal dependerá también de la forma y la rigidez de la superficie o el objeto sobre el que se produzca el impacto. Pero por lo general la velocidad es el factor que juega el papel más importante.
En una colisión, es físicamente imposible para cualquier ocupante del auto implicado sostener de modo seguro un cuerpo u objeto que no se encuentre asegurado por algún medio. Menos aún, un niño sin cinturón: en una colisión a tan solo 50 km/h, el peso del niño aumentará 20 veces. Por lo que un bebé de 5 kg pasará a pesar 100 kg en una fracción de segundo.
Por otra parte, los usuarios más vulnerables de la vía pública, como los peatones, los ciclistas y los conductores de motocicletas, tienen un alto riesgo de sufrir lesiones graves o mortales cuando los automóviles chocan contra ellos. La probabilidad de que un peatón muera si es atropellado por un automóvil también aumenta drásticamente con la velocidad.
Las investigaciones han demostrado que una gran parte de los peatones sobreviven si son atropellados por un automóvil que se desplaza a 30 km/h, pero la mayoría mueren si la velocidad es de 50 km/h o más.
“Un aumento del 5% en la velocidad promedio conlleva un aumento aproximado del 20% en el número de accidentes con víctimas mortales”.
A cuidarnos
Queridos Vecinos de la provincia de RIO NEGRO, cada uno de Uds. son únicos y muy valiosos, cuídense y cuide a los demás. Al salir a la CALLE O RUTA, (seas Peatón, Motociclista, Automovilista, Ciclista, Camionero. etc), NO sean parte de los números estadísticos.
Como profesional en la materia, pero sobre todo como ser HUMANO, soy un CONVENCIDO que los accidentes “SON EVITABLES”.
INSISTO:
“Que, en muchas de mis investigaciones de Accidente Viales, los conductores involucrados no llegaron ni siquiera a accionar el pedal de freno”.
En cuanto al artículo, continuará en la próxima edición. –
“Centro de Investigación Forense y Nuevas Tecnologías”
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