Dashiell Hammett, el padre de la ‘novela negra’

Nacido en una familia de campesinos, este gran escritor estadounidense trabajó primero como detective privado para luego dedicarse de lleno a la literatura policial, en la década de los años 20 del siglo pasado. Participó en la Primera Guerra Mundial, lo que dejó secuelas en su salud durante el resto de su vida. Llegó a alcanzar la fama durante la Gran Depresión de 1929 en una época socialmente convulsionada en los EE.UU. Novelista, guionista cinematográfico y autor también de relatos cortos, fue el creador de la llamada Novela Negra dentro del género policiaco, cuyos requisitos cumple su obra, a la vez que pertenece por derecho propio a la mejor literatura del siglo XX. Algunas de sus novelas son las mejores y más famosas de la especialidad y su personaje de ficción, Sam Spade, arquetipo del detective solitario e inquebrantable, inmortalizado por el actor Humphrey Bogart, forma parte de la historia literaria del género. Perseguido en su país por ser comunista, fue encarcelado pero jamás delató a sus colegas.

El inicio

Samuel Dashiell Hammett nació en una granja del condado de Saint Mary, al sur del estado de Maryland, EE.UU., el 27 de mayo de 1894. Sus padres, Richard Thomas Hammett y Annie Bond Dashiell (este apellido es una americanización del francés De Chiel), fueron sencillos campesinos.

El detective Dashiell Hammett en 1917

Creció en Filadelfia y Baltimore y dejó la escuela a los 13 años para ejercer varias profesiones antes de convertirse, entre 1915 y 1922, en agente operativo investigador de la mundialmente famosa Pinkerton National Detective Agency (Agencia Nacional de Detectives Pinkerton). La sede de la empresa en la ciudad de Baltimore se hallaba en el Edificio Continental (nombre que más adelante sería usado por el escritor).

Servían al gobierno en tareas de seguridad, pero resolvían sobre todo problemas privados, siendo particularmente conocidos por su tremenda capacidad para “reventar” huelgas. Hammett tenía una mancha en el pasado por haberse dedicado, como infiltrado, a boicotear el conflicto de los mineros con la industria de Montana. Es ahí de dónde sacó el material para su primera novela, Cosecha roja, en 1929.

Aprendió el oficio de James Wright, un agente compañero al que idolatraba y que, supuestamente, habría sido su fuente de inspiración para la posterior configuración literaria de una de sus creaciones más célebres: el agente de la Continental (The Continental Op), o el agente sin nombre ya que nunca es designado por el mismo.

En 1918, poco antes de finalizar la Primera Guerra Mundial, abandonó Pinkerton y se alistó en el American Field Service (Servicio Americano de Campo), un cuerpo especial de voluntarios que proporcionó ambulancias y transportes a los ejércitos aliados durante las dos grandes guerras.

Allí padeció y superó la gripe española, pero la tuberculosis que contrajo un año después provocó que, tras su internamiento en un hospital en Tacoma (EE.UU.), fuera licenciado. Fue allí donde conoció y empezó a tratar a una enfermera, Josephine Dolan, con la que finalmente se casó. Hammett sufrió desde entonces y hasta su muerte una deteriorada salud a causa de los esporádicos rebrotes de tuberculosis, que complicaba su alcoholismo.

Hammett en la Primera Guerra Mundial

Una vez acabada la Gran Guerra y para mantener a su familia, su esposa de veinticinco años y una bebé, Mary Jane, a la que pronto se añadió otra, Josephine, intentó dedicarse a la publicidad pero regresó a la agencia de detectives, aunque se desidió finalmente por la literatura cuando en 1922 se instaló en San Francisco y comenzó a publicar relatos cortos en la revista Black Mask (Máscara Negra).

La situación social de los Estados Unidos en la década de 1930 no podía ser peor. Era el periodo de entreguerras, de la Gran Depresión, enormes ciudades colapsadas por el éxodo de los trabajadores rurales hacia ellas y la más dura y trágica crisis económica del mundo moderno.

La más famosa de las revistas literarias de la época

Se gestó así el caldo de cultivo en el que una simple publicación para la clase obrera –costaba centavos y se vendía de a miles- acabó revolucionando no solo el consumo literario en Norteamérica, sino que cambió la tradicional técnica narrativa y el desarrollo de entornos y personajes en la literatura del género policial. Ese fue el principal legado de Black Mask, probablemente la revista literaria más influyente de la primera mitad del siglo XX.

La estructura y el estilo de las pulp magazines (revistas de pulpa de papel barato, para ediciones económicas) fueron evolucionando hasta la llegada de Black Mask, la más importante de estas publicaciones, permitiendo que aquello que era conocido como subcultura acabara estandarizándose y convirtiéndose en entretenimiento de masas. Así, de la mano de esta revista y otras similares pudieron publicar sus obras y obtener reconocimiento eterno unos desconocidos en ese entonces como Ray Bradbury, Phillip K. Dick, Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Arthur Conan Doyle, H.P. Lovecraft o los máximos exponentes de la novela negra (tal como la denominaron en Francia), Raymond Chandler y Dashiell Hammet, entre otros.

La novela negra

La novela negra (en francés, roman noir y en inglés hard-boiled) es, como la definió uno de sus más famosos representantes, el escritor estadounidense Raymond Chandler, en su ensayo El simple arte de matar (1950), la novela del mundo profesional del crimen. Debe su nombre a que originalmente fue publicada en la ya citada revista literaria Black Mask de Estados Unidos y en la colección Série Noire –Serie Negra- de la legendaria editorial francesa Gallimard, pero también al carácter oscuro de los ambientes en que transcurre, lejos de las casas señoriales que ambientaban las novelas policiacas típicas de la época.

“Máscara Negra” y “La cosecha roja”, dos idiomas para el crimen

El término se asocia a un tipo de novela policial en la que la resolución del misterio no es el objetivo principal y los argumentos son habitualmente muy violentos; la división de los personajes entre buenos y malos no está muy clara y la mayor parte de sus protagonistas son individuos derrotados y en decadencia en busca de la verdad o, al menos, alguna pista de ella.

Hammett, él mismo un personaje

La novela negra presenta una atmósfera asfixiante de miedo, violencia, injusticia, inseguridad y corrupción del poder político que refleja las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos, cuando la crisis económica desatada tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la Gran Depresión de 1929 da lugar a historias policiales inspiradas por la entrada en vigor de la Ley Seca (1920-1933), que prohibía el consumo de alcohol, y el subsiguiente desarrollo del crimen organizado y el gangsterismo.

Dashiell Hammett y los inicios de la Novela Negra

El lenguaje no abunda en florituras, existe una genuina preocupación social, ambientación, descripciones naturalistas, urbanas, en ambientes marginales como el hampa y los suburbios, pero también en los aparentemente más vistosos de la corrupción política y moral.

Por otra parte, el desarrollo de la acción es rápido, movido y frecuentemente violento, no tan intelectual e inquisitivo como en la narrativa policial inglesa. La motivación o el móvil de los crímenes es siempre alguna debilidad humana: rabia, ansia de poder, envidia, odio, codicia o lujuria. Por eso aparece en los diálogos un lenguaje crudo, a menudo el slang (lunfardo inglés) callejero, y se da más importancia al desarrollo de la acción que al análisis del crimen, aunque también importa una descripción naturalista y a veces impresionista de la sociedad donde, más que nacen, se hacen los criminales junto a una reflexión, casi siempre no explicitada, del deterioro ético.

Su obra

Aunque se resienten al principio del exceso de violencia del modelo hard boiled (duro) de la literatura pulp, la calidad y el realismo de los cuentos de Dashiell Hammett se destacaron desde el principio y poco a poco fue refinando su estilo hasta dejar la cantidad de 65 que han llegado hasta la actualidad. El primero publicado en Black Mask fue The Road Home (El Camino a Casa) bajo el seudónimo de Peter Collinson, en diciembre de 1922.

Su tercer relato para esta publicación, editado al año siguiente con el título de Arson Plus (Incendio provocado), incorporó por primera vez al personaje conocido solamente como el Agente de la Continental (por la empresa de detectives), que posteriormente sería el protagonista de dos de sus novelas más prestigiosas: Cosecha Roja (Red Harvest) y La maldición de los Dain (The Dain Curse), ambas de 1929, y 27 cuentos más.

Dashiell Hammett en castellano y en catalán

Gracias a estas obras, Hammett alcanzó un gran prestigio literario. Cosecha Roja es uno de los grandes clásicos del Hard Boiled (policial duro) y compendia los elementos característicos de la novela negra norteamericana: el desarrollo de una compleja trama argumental en un contexto social contemplado con mirada crítica, la denuncia de la corrupción de la sociedad capitalista, la rigurosa objetividad descriptiva y los diálogos fluidos e incisivos.

Cuando en una pequeña ciudad minera la mortandad se multiplica por diez y los propios coches de la policía sirven para cubrir las fugas de los gangsters, puede decirse que algo no funciona. Es la violenta historia de un detective privado que a las pocas horas de llegar a Personville se sumerge en un baño de sangre, fruto de las batallas entre bandas rivales. Las maniobras y procedimientos de que se sirve el Agente de la Continental para restablecer el orden no difieren mucho de los que utilizan los enemigos de la ley.

Jorge Luis Borges, en su crítica a este género decía que “el detective actúa como un criminal más». Y es así.

“La maldición de los Dain” en inglés y portugués

En tanto, La maldición de los Dain gira en torno al infausto destino, que en forma de muerte violenta, parece perseguir a quienes se relacionan con los miembros de esta familia. La investigación que a partir de un robo de diamantes inicia el anónimo, duro y lacónico agente de la Continental (espejo de las experiencias del propio Hammett en la legendaria agencia de detectives Pinkerton), da pie a una trama que no ofrece tregua y que retrata asimismo la sociedad y la época sacudidas por el crack económico de 1929.
Esta obra constituye la mejor prueba de que una apasionante trama policial no solo no es un género menor, sino puede servir también para construir personajes hondamente veraces y para dar testimonio del clima social de la época.

Aparece el pájaro

Pero la novela que le proporcionó el mayor reconocimiento del público, hasta la actualidad, fue El halcón maltés (The Maltese Falcon, 1930), de la cual se hicieron diversas versiones cinematográficas: la más famosa –y la que más ayudó a que el pájaro y su autor se hicieran célebres- fue la adaptación que John Huston filmó en 1940, con Humphrey Bogart (“Boggie”) y Mary Astor como protagonistas. En el filme, Boggie recreó la figura del detective privado Sam Spade, identificado plenamente con la literatura de Dashiell Hammett.

El famoso pájaro en el cine, en tres idiomas distintos: castellano, inglés y francés

La audaz mezcla de realismo descarnado y sentimientos románticos, habitual en la narativa de Hammett, alcanza en esta obra su mejor expresión y la convierte en un verdadero ícono de la novela negra y policíal; fue publicada en 1930 poco después de La llave de cristal y forma, junto con ésta, la parte más popular de su obra.

La estatuilla con figura de halcón cubierta de piedras preciosas y camuflada con esmalte negro, que los Caballeros de la Orden de Malta regalaron al emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico en 1530, ha sido objeto, durante más de cuatro siglos, de robos y extravíos. Cuando, tras mil peripecias, llega a la ciudad de San Francisco, en EE.UU., un grupo de delincuentes trata de apoderarse de ella, lo que da lugar a conflictos, asesinatos y pasiones exacerbadas.

Humphrey “Boggie” Bogart y el pájaro con Peter Lorre, Mary Astor y Sydney Greenstreet

A ello contribuye el detective Sam Spade mediante el empleo de la violencia más cruda y la creación de situaciones arriesgadas e imprevisibles, aunque siempre esclarecedoras.

Además de suponer el debut en la dirección del posteriormente genial John Huston, tanto el filme como la novela se consideran hitos casi fundacionales del género. La película no es la primera adaptación del no menos célebre libro, pero sin duda es la más acabada, perfecta y cercana al espíritu de la literatura negra, entonces en sus comienzos.

El escritor Michael Malone habla sobre “El halcón maltés”

Además, significó un paso gigante en la carrera de Humphrey Bogart, concatenando a partir de entonces la mayoría de los títulos de mayor lustre de su filmografía, que llegaron hasta su muerte en 1957 a los 58 años.

Dashiell Hammett escribió su último libro, El hombre delgado (The Thin Man), en 1934, el cual, 21 años más tarde, fue incluido por la Mystery Writers Asociation of America (Asociación de Escritores de Misterio de América) entre las cien mejores novelas de misterio de todos los tiempos.

En ella, y adaptada al cine, en tiempos de la Ley Seca -década de 1920 y parte de la de 1930-, Nick (el actor William Powell) y Nora Charles (la actriz Myrna Loy) se encuentran en Nueva York pasando sus vacaciones de Navidad, emborrachándose en la habitación de un hotel y en cualquier tugurio que se les ponga a tiro. Pero sus planes van a trastocarse un poco.

“El hombre delgado”: el interés del público llevó el film por varios países del mundo

Nick es un detective privado retirado que se dedica a llevar las cuentas de la herencia que ha dejado su suegro, pero debido a la muerte de la amante de un viejo cliente, Clyde Wynant, vuelve a verse envuelto en una investigación policial, ya que es requerido tanto por Wynant (sospechoso del asesinato y de paradero desconocido, ya que solo se comunica mediante cartas a través de su abogado), como por el resto de su excéntrica familia, para que descubra al verdadero asesino, y el escondite en el que se encuentra Clyde.

“La sombra de los acusados”. Película completa en castellano

Aunque Nick rehúsa la oferta, se verá obligado a formar parte de la investigación, ya que queda envuelto en los tejes y manejes de la familia Wynant, que lo convierten en el eje central sobre el que giran sus locuras.

Paradojas cinematográficas

Cosas curiosas que suelen pasar en el cine. Una de las mejores novelas de Dashiel Hammett, Cosecha roja, nunca llegó al cine. En realidad, sí, varias veces, pero nunca con ese nombre. Es la historia de un matón que llega a un pueblo dominado por dos bandas de gangsters y se aprovecha del asunto para hacer su negocio y, además, justicia. Pues bien: hay por lo menos tres adaptaciones de la historia. Una es Por un puñado de dólares, del director italiano Sergio Leone, que lanzó con este spaghetti western al firmamento hollywoodense a Clint Eastwood.

Clint Eastwood en “Por un puñado de dólares”

Otra, Entre dos fuegos, de Walter Hill. Pero la más interesante y quizás divertida sea Yojimbo, el clásico de gigantesco director japonés Akira Kurosawa, que transcurre a finales del siglo XIX, cuando los shogunes perdieron su poder y los samurais quedaron a la deriva. El personaje central, Sanjuro, es uno de esos últimos y, con enorme picardía, se aprovecha de una lucha entre bandas. Dirigió Kurosawa y el protagonista es su actor fetiche, el gran Toshiro Mifune.

Una pareja de talentos

A partir de 1934, Dashiell Hammett no escribió más y dedicó la mayor parte de su vida al activismo político izquierdista y a su relación con la dramaturga Lillian Hellman, ya que se había divorciado de su esposa Josephine Dolan.
En 1942, el escritor volvió a alistarse y fue admitido en las Fuerzas Armadas. Pasó la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial como sargento en las Islas Aleutianas, donde editaba un periódico del Ejército.

Lillian Hellman y Dashiell Hammet, una pareja de talentosos intelectuales

Lillian Hellman y Dashiell Hammet formaron una de las parejas más brillantes y deseadas entre los escenarios de Hollywood y los bares de moda de Nueva York de los años 30 y 40. Sus novelas convirtieron a Hammet en un escritor de éxito mientras su libro El hombre delgado adaptado para la pantalla –como quedó dicho antes- y protagonizado por la pareja de detectives Nick y Nora Charles –Powell y Loy– y la perra Asta, dio lugar a una popular saga cinematográfica inventando de paso un nuevo género entre la comedia sofisticada y el cine negro. Y todo ello regado por bebida fuerte y diálogos chispeantes.

Hellmann era doce años menor que Hammett

El personaje de Nora, la sofisticada e independiente compañera del detective, guardaba bastantes similitudes con Hellman y su relación con Hammet. Como recuerda la escritora en sus memorias: “Era bonito ser Nora, casada con Nick Charles, tal vez uno de los pocos matrimonios de la literatura moderna en que el hombre y la mujer se cae bien y se divierten estando juntos”.

El dulce veneno de la Novela Negra
Nacida en Nueva Orleans, Lillian Hellmann fue escritora, autora teatral de éxito y periodista de primera línea. Cuando en 1977 el director Fred Zinnemann llevó a la pantalla las memorias de la escritora en la película Julia, el rostro de la autora teatral quedó para siempre unido al de la actriz Jane Fonda, una traslación que sin duda mejoraba sustancialmente el físico original. La película recogía, entre otros episodios, una de las etapas más significativas de la escritora, su relación con Dashiell Hammet –interpretado por Jason Robards– y con el que viviría una larga relación sentimental con intervalos de separación (a causa principalmente del alcoholismo del escritor), hasta la muerte de Hammet a quien sobreviviría.

Activismo político

Durante la década de los años 50, en plena Guerra Fría entre los EE.UU. y la Unión Soviética, que intentaba expandir el comunismo por todo el planeta, el Comité de Actividades Antinorteamericanas investigó los vínculos políticos de Hammett. Se había afiliado al Partido Comunista de su país en 1937 y no lo ocultaba. En 1953 fue citado a declarar por segunda vez sobre sus tendencias izquierdistas ante el congreso e incluido en las listas negras del senador Joseph McCarthy, famoso por su persecución a los intelectuales “sospechosos”.

En su primer interrogatorio ante el Comité dijo muy poco y pasó el tiempo acogiéndose a la Quinta Enmienda de la Constitución, que protege al ciudadano para no contestar preguntas cuya respuesta pueda incriminarlo. Lo que pretendían de él era la lista de nombres de suscriptores a un Congreso de Derechos Civiles, que servía para la defensa legal de los acusados de comunistas.

Hammett contra McCarthy en la “caza de brujas” anticomunista

Durante la noche anterior al proceso, Lillian Hellman había tratado de persuadirlo para que dijera su simple verdad: que no conocía a tales suscriptores. La simple negativa le hubiera evitado la prisión. “No dejaré que la policía ni los jueces me expliquen lo que debe ser la democracia”, le contestó, al mejor estilo de su personaje, el detective Sam Spade. No delataría a nadie. Se fue a dormir. Al día siguiente estaba preso y sus mejores amigos se callaban. Fue condenado a seis meses de cárcel…

El final

Con 66 años de edad, Samuel Dashiell Hammett falleció el 10 de enero de 1961 en el Hospital Lennox Hill de Nueva York, a causa de un cáncer de garganta. Como oficial veterano en dos guerras mundiales, fue enterrado con honores en el Cementerio Nacional de Arlington, en el estado de Virginia.

La tumba de Hammett en Arlington

Con él se fue el escritor que extrajo el crimen de los salones lujosos y lo arrojó al medio del callejón, según la célebre definición de su “alumno” Raymond Chandler, otro prócer del género. El que describió a los delincuentes como eran y los hizo hablar como lo hacían en la vida cotidiana. Con la novela Cosecha roja, Hammett señaló ese punto de ruptura con el relato de enigma y al mismo tiempo fundó un género mayor de la literatura contemporánea que perdurará por siempre: la novela negra.

 

 

Fuentes: lecturalia.com; la-simiente-negra.es; rtve.es; libroskalish.wordpress.com; infobae.com; elescobillon.com; grupotortuga.com; elcomercio.es; biografias.es

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