#DesGeneradXs 13: Nombrado Juan

Juan tiene 33 años, nació en San Miguel del Monte, provincia de Buenos Aires y su historia arranca siendo un NN. Durante unos días, dado un error en una ecografía, sus padres esperaban a un varón y no tenían pensado el nombre para una nena. Decidieron después de unos días, ponerle Camila. Nombre que Juan siempre amó. Hoy es nuestro protagonista de #DesGeneradXs 13.

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Al comenzar a cambiar su aspecto, la presión de la sociedad, hizo que deba decidirse por un nombre masculino. Uno que se condiga con su imagen. Y eligió Juan. Según él,  “el más masculino de todos”. 

Esa sociedad,  que nos encasilla por todo: por como vestimos, como nos nombramos, como nos comportamos y hasta por las personas con quienes nos vinculamos sexoafectivamente, es la que nos exige “normalizarnos”

Para desterrar todo esto, es que Juan se convirtió en activista por los derechos del colectivo LGTBIQ+ en Bariloche. Según él, definirnos es algo que no nos suma. Somos personas, más allá de cómo nos mostremos, como estemos siendo o como nos llamemos. 

Su cambio de vida lo alejó de mucha gente, especialmente de su familia, quien rechaza rotundamente su elección. Pero también le acercó a muchas otras personas, porque lo cierto es, que ser mujer, era una carga para Juan. Padeció la llegada de la pubertad y con ella, el desarrollo de su genitalidad: habitar un cuerpo que no le era cómodo, ocultarse, fajarse, no poder elegir que ropa usar, se volvió algo insoportable.

Para salir de ese malestar, su familia lo forzó a una construcción de un ser que nunca sintió ser. Y recibió mensajes como: “te toco èsto, bancatela”.

«Hoy, recuerdo ese tiempo como un gran  tormento»

A partir de su cambio de vida, de superar incluso deseos de quitarse la vida por no hallar comprensión y contención, Juan se  propuso que el cambio era más profundo. Y que debía cuestionarse la construcción social que tenemos de familia y alejarse de esas personas  que lo discriminaban, aunque les une un lazo de sangre; ya que estaba decidido a construir la persona que siempre había soñado ser, y no bajarìa los brazos, hasta verse y sentirse tal como lo había imaginado. 

El DNI llegó  junto con las hormonas para comenzar su tratamiento de transición y avanzaba hacia la operación para quitarse las mamas. 

Si bien fue violentado en el sistema de salud en su primer acercamiento, logró dar con la persona indicada. Con quien entabló un vínculo de confianza y respeto, y fue quien lo operó.

Poder dar con la cirugía en la manera que quería, le llevó dos años y medio. Hoy, recuerda ese día como el más feliz de su vida. 

Hoy hace tres años que luce con orgullo sus cicatrices pectorales

Las que le recuerdan que es posible abrirse camino en este mundo, con los sueños como bandera, con el amor por sí mismo, que es el que trae todas las buenas cosas que le vienen pasando desde entonces. 

¿Vieron el Capítulo 12 con Pía que te contamos en ESTA NOTA de #Diario10?

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