Emergencia hídrica: una nueva oportunidad para Chihuidos

La declaración de la Emergencia Hídrica como una medida de atención y prevención, puso también sobre la agenda pública la necesidad de resolver un tema de antigua data: la construcción de la represa de Chihuidos, ubicada a cinco kilómetros de la confluencia de los ríos Agrio y Neuquén.

La singularidad de este proyecto es su rol complementario con el complejo Cerros Colorados para atenuar riesgos de crecidas extraordinarias. El Neuquén es un río de montañas que escurre desde la cordillera sin que nada se interponga en su camino. En su recorrido no hay lagos que atenúen sus impetuosas aguas. Una lluvia extraordinaria hace que este curso colecte todo el caudal de su región y lo transporte hacia el sur.

Cerros Colorados cumple ese rol de “embolsar” los excedentes: Portezuelo Grande desvía el agua hacia los embalses de Los Barreales y Mari Menuco, y se restablece el flujo por la presa de El Chañar. Este sistema funcionó – y funciona – mientras el Neuquén lleve hasta unos 8.500 m3/seg. Hasta el momento del diseño y construcción de este complejo, la crecida máxima registrada había ocurrido en 1899, con 6.000 m3/seg.

En julio de 2006 hubo un episodio de mayor impacto: varios días de intensas precipitaciones en la cuenca media del Neuquén (con picos de 200 mm diarios en una región donde el promedio es de 160 mm anuales), puso en alerta al sistema y obligó a la evacuación preventiva de vecinos asentados en toda la zona ribereña. Con un pico de 10.300 m3/segundo (a las 3 AM del 13 de junio), trabajando sobre el límite de las posibilidades técnicas, el 80 % de ese caudal se derivó a los embalses; casi 2.000 m3 se “descargaron” por el cauce histórico del Neuquén, zona de explotaciones gasíferas; y aguas abajo se derivaron hasta 650 m3/segundo, casi un 10 % más del máximo admitido en los contratos de concesión. La localidad neuquina de Sauzal Bonito fue evacuada en su totalidad antes de la inundación. Las ciudades ubicadas aguas abajo apenas se enteraron del difícil momento.

Circunstancia extraordinaria que se volvió a vivir el 23 de mayo de 2008, con un máximo de 6.347 m3/segundo y momentos de tensión, otra vez, en Sauzal Bonito y en los pobladores que se asentaron hace décadas en la costa.

Ahora, la sequía

Aquel fue el último año de crecidas extraordinarias. Luego sobrevinieron 13 años “secos”, con caudales por debajo de la media histórica, durante el cual se han ido administrando los recursos para que el agua alcance para todos los requerimientos de la vida humana y social de la región (que al menos se triplicó desde la década del ’70); para el riego y la generación eléctrica. Pero todo tiene un límite. Era necesario llamar la atención para evitar derroches y priorizar usos. El ejemplo es el actual estado del Colorado. La cuenca lleva también 13 años de sequía, y el cauce promedio se redujo en un 40 %: de los 144 m3/segundo históricos se redujo a 88 m3/segundo.

Columna de Energía de Herman Avoscan por LU19

Muchos ambientalistas (algunos impregnados del discurso economicista), impugnan la decisión de llevar adelante proyectos hidroeléctricos advirtiendo que el cambio climático ha disminuido dramáticamente la disponibilidad de agua. Sostienen que sería “antieconómico” porque el embalse previsto “nunca se llenará” con estos caudales. Y luego, la producción de energía no alcanzará para repagar la inversión. Así lo exponen las Asambleas del Agua en Mendoza, que rechazan la posibilidad de construir Portezuelo del Viento.

No se considera que a la hora de evaluar las presas del Comahue, se incluyeron factores humanos y sociales (mitigación del riesgo, garantía de producción, crecimiento de áreas irrigadas), como factores adicionales para justificar económicamente las inversiones.

Cambio climático, si o no

Algunos especialistas son concluyentes: estamos frente a un escenario de “cambio climático”, en el que predominarán “eventos extraordinarios”. Sean sequías prolongadas como precipitaciones imprevistas. Ni siquiera Alemania, Bélgica y Francia, con toda la tecnología a su disposición, pudieron prever las dramáticas inundaciones de julio. Entonces, hay que prepararse para esa volatilidad.

Otros expertos, en cambio, sostienen que todavía faltan muchos datos para poder arriesgar un “cambio climático” y entienden que sólo estamos frente a un “ciclo seco” más prolongado de lo habitual. Entienden que la dinámica meteorológica irá retornando a la situación de “normalidad”.

Pero en lo que sí coinciden en es la necesidad de construir Chihuidos:
– Como presa de prevención de mega crecidas (aquellas que superen los 8.500 m3/segundo);
– Como reserva de agua estratégica para situaciones especiales (como el déficit actual);
– Para favorecer el desarrollo de esa región del centro – norte neuquino.

Además, con una potencia instalada de 637 Mw (casi la mitad de El Chocón), puede generar una cantidad interesante de energía.

El nuevo contexto

Con todo, el proyecto Chihuidos reingresó a la agenda política y económica nacional. Primero, por la inclusión en el presupuesto 2021 (autoriza un endeudamiento de 1.800 millones de dólares). Segundo, dispone una partida de 600 millones de pesos para la realización de las primeras obras.

Y tercero, finalmente el proyecto salió con el visto bueno de la secretaría de Asuntos Estratégicos y pasó al ministerio de Economía de la Nación. El consorcio que ganó la licitación de 2014, conformado entre otras por las constructoras Helport (Eurnekian)y Panedile, presentó un financiamiento sindicado de 1.800 millones de dólares de bancos alemanes. Atado, claro está, a que el proveedor de las turbinas sea la Voith Hydro, empresa que proveyó alrededor del 50 % de las turbinas de Yaciretá.

Además de las cuestiones técnicas, el ministerio que conduce Martín Guzmán tendrá que lidiar con dos problemas de fondo. Uno, la impugnación que está realizando la sociedad de las constructoras CPC (Cristóbal López), Rovela y Power China, porque se cambiaron las condiciones originales de la licitación. Y segundo, la advertencia de los bancos alemanes: el financiamiento solo estará disponible a condición de que de llegue a un acuerdo definitivo con el FMI.

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